- Contexto: la influencia del lenguaje y la cultura en la identidad.
- Comunicación: hablar del racismo.
- Vocabulario: identidad y lenguaje.
- Lección en FlippedSpanish: Vídeo y actividades para estudiantes
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- Audio para la actividad de Imani Romney-Rosa (también disponible en FlippedSpanish):
La sociedad de Puerto Rico es un ejemplo de diversidad étnica. Es un país caribeño, que durante más de 400 años fue colonia española. Además, los españoles utilizaron esclavos africanos para la explotación minera de la isla, y para la construcción de fortalezas. Sin embargo, esa riqueza racial no se refleja en el censo actual:
Porque en el censo de 2010, un 80% de puertorriqueños seleccionaron… seleccionó “blanco”, como su raza, en Puerto Rico, que es imposible.
¿Por qué parece que hay muchos puertorriqueños que prefieren identificarse como blancos? Según Bárbara Abadía-Rexach, profesora de Sociología en la Universidad de Puerto Rico, hay personas que no quieren usar la palabra negro porque les parece que es un insulto. ¿Por qué tiene la palabra negro esa connotación negativa?
Al negro se le ve un poco minusvalorado pues empezando por su trabajo. Se pone la carga en el trabajo servil del negro. Y así tenemos una connotación tan negativa, tan plasmada, en palabras como “tener un negro”, decimos en español. Tener un negro detrás, alguien que acude a lo que en inglés se llama un “ghost writer”, un escritor fantasma. Y también decimos en español “trabaja como un negro”, que es un sinónimo de trabaja como un esclavo.
Pero no son solamente las metáforas relacionadas con el trabajo, al negro se le ve como una persona carente de orden, anárquica, que no se somete a las reglas de la sociedad. Entonces, pues, aparecen muchísimas designaciones, expresiones idiomáticas por doquier frente a lo blanco, que no aparece casi nunca con ese tinte negativo. Pues aparece como un garbanzo negro, un pozo negro, tener un día negro, tener la negra, una suerte negra.
Hay ejemplos de esa discriminación también en los nombres propios de las personas.
Igual tenemos, Alba, Blanca, ¿verdad? Nunca le pondrías a tu hija el nombre “Negra”, por la connotación que tiene. Pero seguramente, La casa de Bernarda Alba, ¿verdad? Que hay palabras que sabemos que elevan el carácter de una persona. Que usamos las palabras de blancura para elevar. Entonces no puede ser que también usamos las palabras de negritud para oprimir.
¿Es el racismo en el lenguaje un problema común de todas las lenguas? Según el profesor Don Félix Rodríguez González hay diferencias según el momento histórico en el que se empieza a utilizar una determinada palabra para referirse a una raza.
Esa carga cultural negativa de ver al negro como un esclavo son asociaciones con el colonialismo y la explotación del negro en África. En inglés ha sido muy útil, por ejemplo, imponerse la palabra “black”. La palabra “black” aparece a mediados del siglo XIX, precisamente cuando las colonias de América pues se liberan, ¿no? Entonces, es un punto muy importante.
Estudiar y reconocer las implicaciones de la palabra negro en español es solo el primer paso. El segundo, es ofrecer soluciones que nos ayuden a terminar con la discriminación. Históricamente, una primera medida fue buscar otras palabras.
Surgen reacciones a la contra para edulcorar el lenguaje, para mitigar los efectos, por vía del eufemismo. Y ahí tenemos, por ejemplo, pues “afroamericano”, tratando de poner de relieve la cultura, las raíces culturales de la etnia negra.
Sin embargo, “afroamericano” hace referencia solo a una nacionalidad, mientras que el término “negro” es completamente universal.
Estamos hablando de las personas que tienen ascendencia africana en todo el mundo. Tanto Inglaterra, como India, como Estados Unidos, España...
En la actualidad, la palabra negro es más aceptada que cualquier otra alternativa, gracias a la evolución de la sociedad, que ahora es más global y tolerante.
De verdad estamos en una época en que negro no tiene que tener la connotación negativa que ha tenido.
Yo creo que lo más importante es cambiar la sociedad. Y luego eso quedará minimizado. Si pasa lo mismo en español con designaciones también étnicas y tal, como “gitano”: “Es un gitano”, muchas veces, “una gitanada”. Esto pervive en el idioma español, tenemos también ahí una carga de racismo tremenda. Pero, a medida que el gitano adquiere ese acceso a la función pública, hay algunos incluso que han llegado a ser diputados, entonces la visión será muy diferente. Pero yo creo que hay que cambiar la sociedad, con sus valores morales, culturales y luego el lenguaje vendrá después.
Nos queda, por tanto, saber cómo podemos erradicar el racismo de manera más eficiente en nuestras sociedades. Por un lado, la lucha por la justicia social es ahora un movimiento global, compartido por personas con diferentes situaciones y características.
Grupos de personas, por ejemplo en Black Lives Matter, mujeres negras, lesbianas… que están luchando no solo por sus intereses sino intereses más vinculados con los de otras comunidades que normalmente se quedan al margen. Por ejemplo no estamos solamente pensando en Black Lives Matter sino cómo afecta a la comunidad transgénero, cómo afecta a las personas con discapacidades…
Por otro lado, las personas que pertenecen a grupos privilegiados, no deben sólo reconocer la desigualdad, sino dar un paso al frente para combatirla.
Entonces no es solamente cuestión de decir “bueno, soy blanco, tengo privilegios, ¿ok?” Entonces, si tú eres blanco y tú tienes privilegios, eso quiere decir que cuando tú estás en lugar donde no hay nadie de color y alguien dice algo racista, eres tú el que tiene que decir algo.
El lenguaje nos pertenece a todos, con independencia de nuestra raza. Juntos tenemos que cuidarlo, liberándolo de cualquier ofensa a cualquier minoría, para construir un mundo más justo y tolerante.
En justicia social, muchas veces dicen que las palabras las usamos para realizar el mundo que queremos.
- Duración del vídeo: 9:34
- Grabado en 2021 en Puerto Rico.
- El narrador y don Félix Rodríguez son españoles, Imani Romney-Rosa es estadounidense, descendiente de puertorriqueños.